A Barca todo

Una final es un encuentro diferente, no suele ser el mejor partido de la temporada. Pero eso nunca importa, porque la pasión y la excitación hacen que el ambiente sea el que corresponde.

Comenzó mejor el Manchester United que el Barça, presionando en el área de Valdés, intentado poner nerviosos a unos rivales con menos experiencia en finales. Cristiano Ronaldo, sobreexcitado, chutó todos los balones que se encontró en los primeros diez minutos, incluida una falta de las que le gustan. El portero del Barça rechazó con muchos apuros y Piqué salvó a tiempo cuando Park estaba en boca de gol para anotar el primero.

Pero la presión de los ingleses duró muy poco, exactamente lo que el conjunto de Pep Guardiola tardó en jugar en corto, en comenzar su espectáculo, su tiki-taka, con Xavi, Iniesta, Busquets y Messi al mando. Poco a poco se fueron adueñando del partido, del balón y de los corazones futboleros de todo el mundo.

Y la muestra de este dominio tardó poco en llegar. En el minuto 10 Iniesta realizó una de sus arrancadas por el centro, cedió a Eto'o, que recuperó el olfato en el momento adecuado, y, tras recortar a Vidic, superó a Van der Sar con un punterazo pegado al palo izquierdo. Explotó de alegría el camerunés que volvió a reivindicarse en un encuentro de máximo nivel.

Ahí se terminó el partido para los ingleses. Se les apagó la luz. No volvieron a encontrarse en todo el encuentro. Eto"o noqueo al campeón de Europa que nunca fue rival para el Barça.

Durante el primer tiempo fueron pocas las ocasiones, pero el dominio era aplastante. La sensación de superioridad era total y sólo el respeto al rival impidió que los campeones sentenciasen.

A punto estuvo de hacer el segundo Xavi, con uno de sus medidos lanzamientos a la escuadra que limpió la red exterior de la portería de Van der Sar.

Guardiola ganó también la batalla táctica. El ex volante movió al centro a Messi y desplazó a la derecha a Eto'o. Ese rombo fue crucial en el dominio blaugrana y en la dificultad de crear juego para los ingleses.

Ferguson hizo cambios, apostó por Tevez al comienzo de la segunda parte. Pero el remedio fue inútil. El entrenador inglés partió a su equipo en dos y descuidó su centro del campo, donde la superioridad culé era permanente.

Perdidos en el desierto, los ingleses no encontraban el balón, que el Barça escondía siguiendo la filosofía de Guardiola, para buscar continuamente la sentencia. Y llegó en el minuto 70, tras una recuperación de Puyol, Xavi centró al segundo palo donde el mejor jugador del mundo, Leo Messi, remató de cabeza al fondo de las mallas. Llegó el éxtasis, faltaba un mundo para el final, pero la Copa de Europa ya estaba en casa.

Piqué fue el encargado de cerrar las últimas internadas de un Manchester United que terminó jugando con 4 delanteros, tras la entrada de Berbatov y Scholes, pero que se fue humillado por el equipo que mejor practica este deporte.

Los de Guardiola se dedicaron a manipular a su rival a su antojo hasta el final. Terminó haciendo lo que debía, atacando, jugando en el área rival y ninguneando al que hasta ayer era el mejor equipo del mundo.

.

Jean Rodríguez